Salió el sembrador a sembrar
Tú cuidas la tierra, la riegas y la colmas de riqueza
Con el temporal de lluvias, o tiempo de aguas, los campesinos afanados se han dispersado por todas las latitudes en su oficio ahora de sembrar. “Cuando iban, iban llorando, arrojando la semilla; al volver, vendrán cantando, abrazando la gavilla”, en la alegría de la cosecha.
Mas primero es sembrar, y a sembrar bajó el Hijo de Dios hace veinte siglos, y desde entonces ininterrumpidamente Cristo sigue día a día dejando caer la buena semilla --la Buena Nueva-- en las tierras, es decir, en los hombres.
Los corazones de los hombres son distintos, diversos, así como en el globo terráqueo hay montañas, desiertos y terreno fértil; y la semilla, la Palabra de Dios, al ser sembrada puede dar abundantes frutos, o pocos, o ninguno, según sean las disposiciones de las almas donde caiga esa buena semilla.
Tú cuidas la tierra, la riegas y la colmas de riqueza
Mas primero es sembrar, y a sembrar bajó el Hijo de Dios hace veinte siglos, y desde entonces ininterrumpidamente Cristo sigue día a día dejando caer la buena semilla --la Buena Nueva-- en las tierras, es decir, en los hombres.
Los corazones de los hombres son distintos, diversos, así como en el globo terráqueo hay montañas, desiertos y terreno fértil; y la semilla, la Palabra de Dios, al ser sembrada puede dar abundantes frutos, o pocos, o ninguno, según sean las disposiciones de las almas donde caiga esa buena semilla.
Tú cuidas la tierra, la riegas y la colmas de riqueza
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